Tell me not, sweet, I am
unkind,
That from the nunnery
Of thy chaste breast and quiet mind
To war and arms I fly.
True, a new mistress now I
chase,
The first foe in the field;
And with a stronger faith embrace
A sword, a horse, a shield.
Yet this inconstancy is
such
As you too shall adore;
I could not love thee, dear, so much,
Loved I not honour more.
No me digas, dulce, que soy inhumano porque del convento de tu pecho casto y espíritu tranquilo a la guerra y las armas huyo.
Cierto, una nueva dama persigo ahora, el primer enemigo en el campo de batalla; y con fe más firme abrazo una espada, un caballo, un escudo.
Sin embargo, esta inconstancia es tal que tú también la adorarás; no podría amarte, querida, tanto si no amara el honor más.